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viernes, 17 de junio de 2011

La voz

Suena una canción en la radio y Charly canta “Hay veces que no puedo dormir, hay veces que no quiero...”
Hace unos días recordé una escena muy fuerte de mi infancia. Me habían prometido llevarme a un coro o clase de canto o música. Yo tendría 6 ó 7 años, quizá más. La noche anterior no pude dormir. Me resfrié y mi voz estaba débil. Para respirar mejor me senté y apoyé la espalda en el placard. Creí que así mi voz volvería a su estado natural.
¡Que fuerte eran las ganas de cantar que tenía! Posiblemente eran ganas de ser escuchada. Fue una de esas revelaciones que aparecen por la noche…
Finalmente la clase no existió pero esa noche mágica me brindó la certeza: podría dejar todo por la música. ¡Hasta dormir sentada!
Estos han sido días muy fuertes para mí (a todo nivel)entre muchas cosas importantes, me animé a invitar a Mono Fontana (un genial músico, un referente, un artista) a compartir un concierto.
La noche previa al ensayo no pude dormir y tengo dolor de garganta. Regresa esa noche a mí y siento que tengo 7 años.
Miro alrededor y veo a mi gato que duerme encima de mi bandoneón y cuando se cansa se muda al estuche de guitarra. Duerme de día y juega de noche. Se arrima hacia mí y me cobija en este viernes de junio: frío, húmedo y gris.
Para nosotros estar en casa tocando la guitarra y cantando es el mejor plan. Así me preparo para el concierto de mañana, el primero de "Luz de la noche experiencie" y con Mono Fontana (wow). Que nadie nos interrumpa, ¡por favor! ¡Que salga la voz!

domingo, 5 de junio de 2011

Volver

Con el correr de los años el tango Volver cobró importancia para mí. De chica no era una canción que cantara mucho, claro que formaba parte de mi vida musical. La vida de una niña llena de tango.
En la cabaña de Kushiro ofrecí cantarla para el señor y la señora e interpreté a mi modo, Volver.
Cuando mi abuelo se fue en su despedida le canté Volver al oído. Eso fue lo último que escuchó desde la tierra. Por eso Volver es mi tango por estos tiempos. Hasta que sienta que él se ha ido para siempre.
Hace 4 días volví. No fue con la frente marchita (pero las nieves del tiempo platearon mi sien). Sentí que es un soplo la vida, un mes me pareció un segundo. Y ahora otra vez me enfrento a mi misma y a mi querido lugar en el mundo: Boedo-Bs. As-Argentina.
Vuelvo con la alegría del trabajo realizado, con ganas de armar cosas aquí y de construir.
Mi amiga Mio no quiere ser parte del “Primero hay que saber sufrir” ese mandamiento del tango que parece cubrirlo todo. Yo le digo que el tango también es pasión y es vivir. Es un “Chau, no va mas” que te rompe el corazón en mil pedazos. Es eso que llevamos dentro y que se reafirma cuando nos vamos a otros sitios. Quisiera creer que hay un poquito de tango en cada casa, en cada uno de nosotros. ¡Ojala!